Una multitudinaria representación social de trabajadores, afiliados de SUNET y diversos sectores sociales, marcharon el día de ayer por las principales calles de Ibagué, en una contundente movilización en busca del reconocimiento a las víctimas del conflicto armado y el respaldo a las reformas del cambio. La ciudad de concentración departamental se vio engalanada por la presencia de miles de personas comprometidas con la causa de las clases obreras.
La jornada, que tuvo lugar el 9 de abril de 2024, se destacó por su carácter pacífico y su mensaje claro y contundente. Los manifestantes, portando múltiples letreros de respaldo, hicieron eco de sus demandas a través de vibrantes arengas que resonaron en cada rincón de la ciudad. La movilización fue un llamado enérgico a las autoridades y a la sociedad en general para que se materialice un verdadero cambio en favor de los trabajadores y las víctimas del conflicto armado.
Entre los motivos que impulsaron esta histórica movilización se encuentran el clamor por el reconocimiento y la reparación integral a las víctimas del conflicto armado en Colombia. Los sindicalistas y los diversos sectores sociales presentes exigieron medidas concretas que garanticen la justicia y la dignidad para quienes han sufrido las consecuencias de décadas de violencia en el país.
Además, la marcha sirvió como plataforma para expresar un rotundo apoyo a las reformas del cambio que buscan mejorar las condiciones laborales y sociales de las clases obreras. Los participantes hicieron hincapié en la importancia de impulsar políticas que promuevan la equidad, la inclusión y el respeto a los derechos fundamentales de los trabajadores.
El éxito de esta movilización refleja el compromiso y la determinación de la sociedad civil en su lucha por un país más justo y solidario. Los sindicalistas y los diversos sectores sociales han dejado claro que no cejarán en su empeño por alcanzar un futuro donde prime la justicia social y el bienestar de todos los colombianos.
En resumen, la movilización del 9 de abril en Ibagué fue un poderoso recordatorio de que la voz de las clases obreras y de las víctimas del conflicto armado no puede ser ignorada. Es un llamado urgente a la acción por parte de las autoridades y de la sociedad en su conjunto para avanzar hacia un país más inclusivo, solidario y justo.












